Abrí los ojos lentamente, el día era muy nublado y frío, pero a pesar de eso, me levante de buen humor.
Me gustaban los días nublados, y la tranquilidad.
Bajé con cuidado los escalones de madera, ya que estaba todavía un poco dormida.
Abrí la nevera, buscando algo que comer, saqué una caja de cereales y una botella transparente de leche.
Me tomé un gran tazón de leche, y me vestí para ir al colegio.
Me puse lo primero que encontré, no era una fashion victim, ni nada parecido.
Caminaba despacio, sin prisas, por la calzada. Hacía bastante frío, pero me gustaba echar el aire por los orificios de la nariz.
Llegué al instituto y me dirigí a clases, quería pasar desapercibida, no tenía ganas de charlar con nadie.
Pero entonces, pasó justamente lo que no quería que pasase.
Kat: ¡ Tiff!
Exactamente, kat era mi amiga, bueno, amiga a medias, a veces resultaba un tanto pesada.
Yo: Oh, hola Kat..
Kat: ¿ Has estudiado para el examen de latín?
Yo: Eh..la verdad es que no, pondré una escusa tonta para que la topo me deje salir una hora antes.
Kat: Vaya, yo que quería que me chivaras las respuestas...bueno, da igual, le pediré a Jeremy que me las pase, adiós Tiff.
Se fue antes de que pudiera decirle adiós, y pensé en alto, que mal esta la gente de aquí.
Me senté en mi sitio, saqué un libro y me puse a echarle un ojo.
Yo, no me considero una chica como las otras, yo soy diferente.
En clase de Matemáticas no atendí casi nada, tenía demasiadas cosas en las que pensar, como la razón por la que mi madre estaba tan rara los últimos días.
Sonó el timbre, me levanté y le puse una escusa tonta a la profesora de latín, la verdad, pensé que no iba a colar, pero sí, coló.
CONTINUARÁ.
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