viernes, 26 de agosto de 2011

Detrás de la puerta había un moreno alto, y grande. Era mi ex.
- Vaya...¿ Tú por aquí?
- Sí, ¿ podemos hablar? Si no es mucha molestia.
Me miró unos escasos segundos y luego me hizo una señal para que pasara.
- Claro.
La casa seguía tal y como yo la recordaba, entramos en el salón, la mesa estaba llena de bolsas de patatas fritas y demás, y una que otra lata de coca cola tirada por el suelo.
- Vaya, ¿ que hacías?
Le echó una ojeada a la mesa, y me volvió a mirar con esa sonrisa tan suya.
-Hm, estaba comiendo, ¿ no lo ves?
Puse cara de asco y dije con un hilo de voz.
- ¿ Qué es ese olor? Es asqueroso.
- ni idea...sientate, estás en tu casa.
Sonreí, quité alguna que otra bolsa tirada por el sofa, y me senté a su lado.
- Bueno..
Esbozó una sonrisa de lado, suspiró, cuando pasó disimuladamente su brazo por mis hombros.
-¿Qué coño haces?
- Nada, nada.
Miré hacia otro lado, empezandome a cansar de esa situación, y fue cuando posó su mano en mi pierna, y la subió despacio, ya que yo llevaba un vestido bastante corto.
Me quedé inmóvil, ya que aquello me superaba, y decidí ponerle fin.
- No me vuelvas a tocar en tu puta vida, ¿ vale?
Me miro con tal sorpresa que yo enseguida entendí todo.
- ¿ Pero entonces para que has venido? Me preguntó.
- Para hablar joder, pero creo que es demasiado para ti.
Me levanté y salí de aquella casa, que durante un tiempo había sido casi mi casa.